viernes, 24 de abril de 2015

Cultura BETOYES


Actividad colaborativa



Competencias Cominicativas




Heriberto Carrero Méndez






UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA. UNAD
Escuela de Ciencias Básicas, Tecnología e Ingeniería
Ingeniería Electrónica
Saravena 23 Abril de 2015





















HISTORIA

CULTURA BETOYE

Nombres alternos: Betoi, Jirara, Guahibos, Sicuani- Betoyes.
En 1703, unas pocas décadas después de que llegaran primeros misioneros a los llanos del Orinoco, los indígenas betoi fueron llevados de sus tierras tradicionales por el padre jesuita Juan Ovino con el fin de facilitar su conversión al cristianismo al asentarlos en la reducción de Tame, en las proximidades del río del mismo nombre en el noreste de Colombia (Rivero 1883:342-43). En la reducción de Tame vivían ya los jirara cristianizados. En un breve período la mitad de los Betoi forzados a vivir en la reducción murieron de afecciones varias. Los supervivientes, que generalmente atribuían las numerosas muertes a "malas artes" de los Jirara, abandonaron la reducción, aunque más o menos 40 de ellos fueron capturados por el cacique jirara Antonio Calaima, cerca del río Cravo Norte en un lugar llamado Casiabo. En 1715, estos betoi fueron enviados desde Casiabo a la recientemente constituida Misión de San Ignacio de Betoyes, por parte del también jesuita José Gumilla. Este jesuita también realojó allí al resto de Betoi (o a la mayor parte de ellos) junto con otras pequeñas tribus que hablaban diferentes variantes de Betoi-Jirara: los Lolaca, los Anabali, los Atabaca, los Situfa y los Quilifay (Rivero 1883:345, 350, 358, 375-80). En esos años más de 800 personas fueron realojadas en la Misión, y sucumbieron víctimas de repetidas epidemias. En 1789, la misión tenía una población total de 339 personas: 73 lolacas, 62 "Uribantes" (Betois?), 39 Anabali, 71 Atabacas, 34 Situfas y 60 Quilifay (Medina n.d.:282r).
Dadas las condiciones de destrucción cultural y aculturación forzada a que se vieron sometidos los hablantes de betoi y del resto de variantes en la Misión, es muy improbable que existieran muchos hablantes competentes tras una o dos generaciones.
Los modernos descendientes de los betoi (y muy probablemente de las etnias lingüísticamente emparentadas, se encuentran actualmente en cuatro aldeas a lo largo del río Cravo Norte, en el departamento colombiano de Arauca (Montejo 1982:16-17). Los habitantes de esos pueblos se denominan a sí mismos aún hoy como, betoyes. En 1978 se estimó que eran 154 personas (Montejo 1982:32), aunque en 1990 de acuerdo con otra fuente (Bahuchet 1994), sumarían 380. Estas personas, conocen muy pocos detalles sobre su historia pasada y no pueden recordar nada sobre la lengua de sus ancestros. Los más ancianos refieren el hecho de que los betoyes eran numerosos en el pasado y de que muchos murieron trágicamente.


Textos conocidos

Las lenguas betoi se extinguieron muy probablemente durante el siglo XVIII y existe poca documentación sobre ellas, aunque recientemente se ha publicado algún trabajo a partir del material conservado. Todo el material descriptivo de estas lenguas se remonta a la segunda mitad del siglo XVIII. Este material procede de obras de sacerdotes jesuitas como Lorenzo Hervás y Panduro (1735-1809) y José [Joseph] Gumilla (1688-1750), y consisten en además de un breve esbozo gramatical en breves oraciones y rezos recopilados por el cardenal italiano Giuseppe Gaspare Mezzofanti (1774-1849).


LENGUAJE BETOYE

Su lengua proviene de la familia lingüística Chibcha. Aunque no conservan su lenguaje original, hablan un español particular considerado como español betoye, en el que permanecen ciertas estructuras gramaticales del sustrato Betoye.


Cultura de los Betoye

Se conservan rasgos y rituales donde se utilizan plantas psicotrópicas, fundamentales en la realización de cualquier ceremonia, aunque también es utilizada en actividades de tipo social.
Dentro de los rituales más importantes y que marcan sin duda el ciclo vital de la etnia, están el "rezo del pescado", ceremonia de iniciación y de bautizo, que tiene una gran difusión entre los grupos de la región. Su sentido general es preparar a la joven para la vida adulta y el “Itomo”, que hace parte del ciclo de ceremonias del segundo enterramiento. Éste es uno de los principales rituales, incluso, por encima del ritual de la primera ceremonia, donde el entierro es sencillo y sólo interviene el Chamán. El ritual permite perpetuar la presencia del difunto y se convierte en una actividad social importante...


Costumbres

Dentro de su organización social tradicional el matrimonio es exógeno con residencia neo local. La autoridad propia la ejerce el "capitán", generalmente el hombre más anciano de la comunidad. Para mediados de los ochenta se observaron cambios en su modelo social con el surgimiento de líderes jóvenes que representaban a su grupo frente a la sociedad mayoritaria y organizaban la caza y las fiestas. Rige una división sexual del trabajo, pues las mujeres desempeñaban labores como la limpieza de los cultivos, recolección de cosechas y trabajos domésticos, mientras que los hombres se dedican a la construcción de casas, tumba y quema de partes de bosque para practicar la agricultura itinerante y al comercio.

La fiesta tradicional de la chicha “majule”, preparada con plátano podía durar varios días. Se invitaba a los parientes que vivían en las otras comunidades y la chicha se repartía primero a los ancianos, seguidos de las mujeres y luego al resto de las personas.





Economía

Los Betoye se describen como hortícolas por tradición, utilizando para sus cultivos el sistema de roza y quema. También practicaban la caza, la pesca y la recolección. Los cultivos básicos son maíz, plátano y yuca para su propio consumo y cacao, café, arroz, introducidos con fines comerciales. Debido a la reducción de la caza mayor, producto del deterioro de los bosques, las presas son en su mayoría ratones de monte, monos, ardillas y picures. La pesca se practica exclusivamente en verano, cuando los ríos y caños son menos caudalosos y profundos.
La yuca, como cultivo principal, caracteriza la horticultura del grupo Betoye. Las variedades de yuca amarga se siembran intercaladas hasta una docena por chagra, para lograr una mayor y más larga producción en el terreno. En áreas de bajos y en zonas húmedas se siembran los plátanos. La piña, fríjol, batata y ñame se cultivan en pequeñas extensiones al lado de los yucales, mientras que cerca de las casas se siembran frutales como guama, mango, papaya, cítricos, condimentos y plantas medicinales. Para la elaboración de la bebida alcohólica, Yalaki, elaborada a partir de la yuca amarga, se siembra una yuquera adicional. La preparación de nuevos terrenos (actividad que se realiza en diciembre), y algunas veces la siembra, se lleva a cabo mediante el convite o unuma, convocado por el jefe del asentamiento. La siembra tiene lugar en los días anteriores a las primeras lluvias. Después de unos ocho meses de sembrados los yucales, la producción es continua, y como cada familia posee varios conucos en distintas fases de desarrollo, las necesidades familiares se satisfacen ampliamente.

ORGANIZACIÓN SOCIOPOLÍTICA DEL PUEBLO BETOYE

Entre el pueblo Betoye prevalece un tipo de organización familiar fundada en la autoridad del suegro. La unidad de producción y consumo y la unidad residencial están constituidas generalmente por una pareja adulta, los hijos e hijas jóvenes y las hijas casadas, con sus respectivas familias. Con el crecimiento del grupo, los yernos tienden a construir viviendas separadas.
Poseen un sistema de parentesco dravídico, donde clasifican a los miembros de la comunidad, y en general de la etnia, en dos categorías fundamentales: la de consanguíneos directos como los progenitores, hermanos e hijos, lo mismo que los tíos, hermanos del mismo sexo que los progenitores, hermano del padre y hermana de la madre y cuyas denominaciones se pueden traducir como "padrecito" y "madrecita", respectivamente; los primos paralelos, hijos de los hermanos del padre y las hermanas de la madre, se asimilan a los hermanos, y los sobrinos y sobrinas hijos de hermanos, se asocian a los hijos propios. En la categoría de aliados, se consideran a los hermanos de la madre y hermanas del padre, quienes son a la vez suegros y suegras, pues son los progenitores de los primos cruzados o esposos y esposas virtuales. En la generación inferior, los hijos de la hermana para un ego masculino, y los hijos del hermano para un ego femenino se consideran como yernos y nueras que ya efectivamente son quienes se casan con los hijos de ego.
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UBICACIÓN GEOGRÁFICA

La población Betoye (o Jirrare o Guahibo) está constituida por unas800 personas ubicadas en 702 hectáreas en el municipio de Tame y a orillas del río Cravo, en el departamento de Arauca1
Se encuentran asentados en los siguientes resguardos Genareros (La Esperanza, La Fortaleza, El Totumo): 19 familias, 68 habitantes, 123 hectáreas; Macarieros (San José): 13 familias, 59 habitantes, 16 hectárea; Roqueros (El Dorado): 17 familias, 105 habitantes, 101 hectáreas; Puyeros (5 familias, 29 habitantes, 27 hectáreas); Parreros (15 familias, 65 habitantes, 207 hectáreas) y Julieros y Velasqueros (14 familias, 53 habitantes, 228 hectáreas).

Imagen #01 RESGUARDO BETOYE




Imagen # 02 VIVIENDA DE FABRICACIÓN DE LA CULTURA BETOYE




RIESGOS DE PROTECCIÓN

El Pueblo Betoye ha estado históricamente expuesto a la violencia política y social. Además de la historia de la conquista y colonización que impusieron una tradición de reducción forzada del territorio, dos hechos recientes condicionaron su actual problemática: la explotación petrolera que a partir de la década de 1980 conllevó la pérdida de recursos naturales y la construcción de la carretera troncal de la selva que dividió en dos el territorio.
Los Betoye han sufrido diversas formas de amenaza debido a la presencia de actores armados ilegales en su zona de asentamiento, que los han dejado en medio de las confrontaciones armadas. El Consejo Nacional Indígena de Paz en el 2006, en su diagnóstico del estado de los pueblos indígenas del departamento de Arauca, explica que los Betoye han sido los más afectados por “masacres, asesinatos selectivos, hostigamientos, torturas y amenazas de muerte” y desplazamiento forzado, hechos que han tenido impactos negativos en su cohesión familiar, comunitaria y su supervivencia como pueblo indígena en riesgo.
Entre 2003 y 2005, se registraron 13 víctimas del conflicto armado pertenecientes a la comunidad indígena Betoye.


FORTALEZAS

Los Betoye se han integrado en asociaciones de pueblos indígenas como Organización Nacional Indígena de Colombia y la Asociación de Cabildos y Autoridades Tradicionales Indígenas de Arauca (ASCATIDAR), para la defensa de sus derechos.


CLASIFICACION CULTURAL

La cultura BETOYE, se clasifica como cultura por hace parte de las diferentes manifestaciones, informaciones y habilidades de los seres humanos dentro de las comunidades a las que pertenecen. Es decir, todas aquellas costumbres, prácticas, normas, códigos, formas de pensar, de una determinada sociedad.


CONCLUSIONES

·         Es difícil ver como una cultura como esta se encuentra en riesgo de extinción física y cultural.
·         En pesar por estudiar su etnológica, lingüística, etnográficamente estudiado, porque  es escasa e imprecisa la información sobre ésta.
·         El estado debe reconocer la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus culturales, usos y costumbres, idioma y religiones así como su habitad.
·         Los pueblos indígenas tiene derechos a mantener y desarrollar su identidad étnica y culturas.
·         El estado debe fomentar la y difundir la información conocida para darle la importancia requerida de una cultura como esta que se haya en nuestro país.
·         Darles una educación propia  y a un régimen  educativo de carácter intelectual y bilingüe, atendiendo sus particularidades socioculturales, valores y tradiciones.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS